Comienza el nuevo año y todo el mundo quiere cambiar un montón de cosas, incluido su físico, y quizá sea por eso por lo que he empezado a recibir preguntas con mi opinión sobre la cirugía plástica.
A veces nos cuesta darnos cuenta de lo maravillosamente perfectos que somos y nos sentimos acomplejados por tener un trasero flácido, celulitis o pechos pequeños, de hecho casi todos cambiaríamos algo de nuestro cuerpo si pudiéramos, es parte de nuestro carácter inconformista, pero hay algunas personas que esos complejos les causan inseguridad y les hace ser infelices, y en esos casos no me parece mal que se recurra a la cirugía plástica, aunque no puedes olvidar que todos tenemos una genética diferente, unos somos más altos y otros más bajos, unos son rubios y otros morenos y todos también nacemos marcados con un somatotipo que va a definir la estructura de nuestro cuerpo y en función donde tendemos a acumular la grasa nuestro tendremos un tipo de cuerpo diferente.
Entre los complejos más habituales que nos empujan a recurrir a la cirugía estética se encuentran tener unos pechos que consideramos demasiados pequeños y el exceso de grasa corporal, por lo que entre las operaciones más demandadas en España se encuentran los aumentos de senos y las liposucciones.
Los tratamientos estéticos y dermatológicos no sólo nos sirven para acabar con determinados complejos, algunos están pensados para hacernos la vida un poco más cómoda, como la depilación láser, que cada vez tiene más adeptos (tanto en hombres como en mujeres) y la naturalidad y la simpleza ganan terreno en cirugía plástica, afortunadamente la moda de unos labios hiper recauchutados o unos pechos totalmente desproporcionados está dejando paso a intervenciones mucho más naturales que nos ayudan a corregir lo que queremos cambiar sin caer en excesos de los que nos podemos acabar arrepintiendo.
Sea como sea, si te animas a pasar por el quirófano para acabar con un complejo debes estar muy seguro de tu decisión y ponerte en manos de un buen profesional.