La natación es el deporte estrella del verano, y no es de extrañar. Con el calor estar «en remojo» siempre es buena opción y además tiene un montón de beneficios para la salud.
Con el verano y el calor, hay pocos sitios en los que estar mejor que una piscina. ¿No te parece?
Pero la piscina, además de ser el lugar perfecto para refrescarte y tumbarte en la toalla para broncearte, también es el sitio perfecto para nadar y ponerte en forma.
Por eso, hoy te quiero hablar de los beneficios de la natación. Estoy convencida de que ya has escuchado un montón de veces lo bueno que es nadar, pero seguro que aún no sabes lo realmente beneficioso que para ti.
Así que, si todavía no te ha dado por nadar, yo hoy te voy a dar unas cuantas razones.
Beneficios de la Natación
- Cuando nadas ejercitas todo el cuerpo. Incluso aunque estés en el agua flotando sin avanzar, estás utilizando algún músculo.
- No hay duda de que es un ejercicio en el que estás en constante movimiento. Así que podríamos decir que es el ejercicio de resistencia por excelencia.
- Cuando nadas no dañas tus articulaciones. No tienen ningún tipo de impacto por lo que tampoco sufren deterioro.
- Con los movimientos que haces al nadar, también ejercitas tus tendones y ligamentos y consigues aumentar su flexibilidad.
- ¿Tienes problemas de espalda o cuello? Pues entonces la natación es tu ejercicio. Cuando nadamos ejercitamos muchos de los músculos de la espalda y el cuello. Así que, fortalecemos la zona y nos puede ayudar a tratar de prevenir posibles dolores de espalda y cuello. Eso sí, no te olvides que cuando nades también tiene que calentar y estirar es un deporte más y porque sean el agua no te tienes que saltar el calentamiento ni los estiramientos, sobre todo si después no quieres tener molestias.
- Es una manera muy refrescante de quemar calorías. Ya te he dicho un millón de veces que la cantidad de calorías que quemas durante un entrenamiento depende de muchas cosas, de tu edad, de la intensidad, de tu sexo, de tu peso, tu estatura… de muchas cosas, Pero, en una hora de natación a un ritmo moderado, tampoco demasiado intenso, puedes llegar a quemar hasta 500 calorías. No está nada mal verdad.
- Es el mejor deporte aeróbico que existe ¿Por qué? Pues porque cuando nadas requieres un mayor control de la respiración, y ante esta gran demanda de oxígeno los músculos trabajan mucho más duro que con cualquier otra actividad de tipo aeróbico, por ejemplo correr. Así que los resultados a nivel aeróbico se ven muy rápidamente.
- La natación es un deporte que está al alcance de todos los bolsillos. Como equipación sólo vas a necesitar un bañador y, en algunos casos, dependiendo donde nades, también puede que te exijan llevar un gorro o unas gafas, pero no necesitas nada más. Y con el buen tiempo puedes nadar de forma gratuita en muchos sitios al aire libre.
- Con la natación imposible que se aburras, hay tantos estilos como quieras probar. Puedes nadar a crol, de espaldas, mariposa, a braza, incluso si te aburres te puedes sumergir y bucear un rato.
- Es un ejercicio ideal para mejorar la circulación, sobre todo en las piernas, ya que cuando nada estás constantemente contrayendo y descontrayendo los músculos. Además si a eso le añades que estás en posición horizontal, que el agua está fresquita y que además ejerce presión sobre ti, ya está la magia hecha, porque hace una función drenante que te puede ayudar a deshacerse de las piernas cansadas y de los edemas.
- Te ayuda a despedirte del estrés. Se ha demostrado que el contacto con el agua se asocia a diversión. Así que ya está, adiós estrés. Como todos los ejercicios de tipo aeróbico te ayuda a liberar endorfinas. Qué quiere decir esto, que tras unos minutos nadando y esforzándote te vas a sentir realmente bien.
- Es un deporte apto para todo el mundo. Da igual la edad que tengas, si estás demasiado obeso, da igual porque todo el mundo puede practicar natación. Así que ya tienes más excusas para zambullirte directamente en el agua y empezar a disfrutar de los beneficios de la natación.
Mejora tu técnica al nadar
Si ya te has dado cuenta de todo lo que la natación puede hacer por ti, puedes empezar a utilizar algunos complementos, como unas aletas o unas palas, que te van a ayudar a mejorar a tu técnica, y por tanto a conseguir mejores resultados.
¿Cómo te pueden ayudar unas aletas de natación?
- Te ayudan a mejorar la técnica de la patada. Precisamente, es la técnica de la patada, en lo que más suelen fallar los nadadores.
- Reduce la tensión en los brazos.
- Ayudan a mejorar la técnica de la brazada
- Con las aletas se mejora la posición corporal mientras nadamos
- Mejora la flexibilidad del tobillo
- Reducen la tensión en los brazos
- Nos ayudan a aumentar la fuerza y la resistencia
¿Cómo te pueden ayudar las palas de natación?
- Al practicar natación con palas se aumenta la fuerza y la potencia. Especialmente vas a notar un trabajo extra en tus brazos y antebrazos, pectorales y dorsales.
- Mejoran tu técnica. Cuando nadas utilizando las palas, si haces algún movimiento incorrecto, vas a notar como las palas se vuelven hacia atrás, se giran y te ofrecen resistencia. Así que te obligan a tener una buena técnica.
- Te permiten hacer entrenamientos menos aburridos ya que en puedes intercalar y nadas utilizando las palas y sin ellas.
Otras formas de entrenar en el agua
Ahora que el calor aprieta puede que hacer ejercicio te resulte más duro de lo habitual, pero para que tus sesiones de entrenamiento sean más refrescantes las puedes trasladar al agua de la piscina.
La combinación perfecta es mezclar la natación con ejercicios específicos de tonificación utilizando el agua como resistencia, notarás resultados en muy poco tiempo.
Con la siguiente tabla de ejercicios para hacer en el agua además del gasto calórico, fortalecerás tu corazón y moldearás tu cuerpo. Entre serie y serie debes realizar un descanso activo que consiste en nadar, da igual el estilo de natación que elijas, y recuerda que debes calentar al menos 10 minutos al comienzo de la tabla y terminar con estiramientos.
Tabla de entrenamiento para el agua:
- Tonifica las piernas. De pie, con el agua cubriéndote hasta los hombros, sujétate de lado al borde de la piscina. Extiende la pierna derecha hacia ese mismo lado, llevándola tan lejos como te sea posible presta atención a mantener los dedos de los pies también estirados. Repita 15 veces y cambia de pierna. Haz 3 series con cada pierna.
- Tonifica los brazos. En la misma posición que en el ejercicio anterior pero con los brazos en los costados, extiéndelos hacia arriba, de modo que queden al nivel del agua y vuelve a la posición inicial. Realiza 3 series de 15 repeticiones.
- Tonifica el trasero. De pie, con el agua a la altura de la cintura. Abre las piernas a la anchura de la cadera. Dobla las rodillas mientras tiras de la cadera hacia atrás, como si te fueras a sentar. Mantén los pies firmes mientras mantienes la posición y vuelve despacio a la posición inicial mientras mantienes los glúteos contraídos. Repite tantas veces como te resulte posible.
Para que la sesión sea más completa, la puedes finalizar haciendo una serie de abdominales en la toalla.